Ya no soporto más, he decidido que me marcho de esta vaina. Hoy fui al automercado y, una vez más, cuando esperé en la carnicería, me tuve que conformar con los dos tipos de carne que había: solomo abierto y ...papelón?...qué clase de carne es ésa en un país, otrora ganadero?
Dos señoras esperaban junto a mí a que a los carniceros les diera la gana de atendernos y mientras tanto comenzamos a quejarnos del gobierno. Que si la culpa la tiene Chávez, que si los militares, que si los líderes de la Oposición no terminan de cuajar, que si hay muchos caciques y pocos indios...que si nosotros nos hemos ido acostumbrando a este caos y ya nadie arma peo. Definitivamente, a Venezuela se la llevó el diablo, y pareciera un enfermo de cáncer con metástasis y en estado terminal.
Es mentira que esto va a cambiar, es mentira que el año que viene vamos a salir del tipo y, sinceramente, no tengo sangre ni espíritu de kamikase; mas bien, me identifico con las ratas del barco que está por hundirse y no pretendo quedarme aquí esperando que Venezuela se hunda como el TITANIC. Acabo de decidir que me convertiré en una más de esas emigrantes que llegan a los Estados Unidos.
